Antes el amanecer, antes del atardecer.
En Biosíntesis se habla de Campo Motórico de Tracción, a aquella posibilidad de movimiento que permite traer hacia sí lo que necesitamos, deseamos o amamos. Pueden ser muchas acciones del cuerpo, desde la mano del bebé que se extiende para prender un objeto, hasta el abrazo o el movimiento general de atracción hacia sí. Las dificultades en el desarrollo evolutivo de este Campo Motórico, llevan a que se desarrolle una tracción negativa, que la persona no pueda traer hacia sí lo que desea o necesita. Esta temática se puede expresar a veces cuando tenemos que tomar decisiones que nos enfrentan al temor y que nos pueden condenar a vivir en una constante nostalgia, pues en ella recordamos la posibilidad de haber podido traer hacía nosotros lo que queremos y que por miedo terminamos alejando.
Pocas veces en el cine podemos ver con tanta claridad y belleza la permanencia de un recuerdo vincular en el tiempo y en el ciclo de vida de dos personas como en el caso de ‘Antes del Atardecer’ (Before Sunset), una película del año 2004, del director Richard Linklater, y que corresponde a la segunda parte de ‘Antes del Amanecer’ filmada con los mismos actores, en 1995. En el primer film Jesse (Ethan Hawke) y Celine (July Delpy) se conocen arriba de un tren que va de Budapest a Paris en el verano europeo. Él estadounidense, ella francesa, han llegado a la estación de Viena ciudad donde acaba el viaje de Jesse. Después de una fluida y cálida conversación entre ambos, llega el momento de tomar una decisión pues deben despedirse:
“Jesse: Tengo una idea loca, pero si no te la digo me perseguirá por el resto de mi vida. Quiero seguir hablando contigo, ya sabes, no tengo idea de cual es tu situación, pero entre nosotros hay conexión, no?.
-Celine: Si, cierto.
-Jesse: Bien, aquí está la parada, deberíamos bajar juntos del tren aquí en Viena, visitar la ciudad Celine:¿Qué?
Jesse: Vamos, será divertido
Celine: ¿Y qué haremos?.
Jesse: No lo sé, sólo sé que tengo que tomar un vuelo a las 9,30 mañana en la mañana, que no tengo dinero para un hotel, así que daré vueltas toda la noche, y sería más divertido si vinieras conmigo. Y si descubres que soy un psicótico, sólo tienes que tomar el próximo tren… De acuerdo.. piensa de este modo. En el futuro, 10, 20 años, ok?: Ya estás casada, sólo que tu matrimonio no tiene la misma energía que solía tener, ya sabes, empiezas a culpar a tu marido. Y empiezas a pensar en todos los chicos que conociste, y lo que hubiera pasado si te hubieras arriesgado por uno de ellos, no?. Bien, yo soy uno de esos chicos, soy yo. Ya sabes, piensa en esto como una segunda oportunidad para encontrar lo que andabas buscando. Mira, realmente puede ser como un favor gigantesco para ambos, para ti y tu futuro marido. Para encontrar lo que añorabas o algo así, Y te das cuenta que yo soy un perdedor, y un tipo aburrido y desmotivado, y uh, te das cuenta que elegiste bien, y vuelves a ser feliz.“
Celine accede a la invitación de Jesse y juntos recorren las calles de Viena antes de volver a sus países de origen. Saben que a pesar de haber formado un hermoso y quizás efímero vínculo –que es hermosamente tratado en la película-, cuando salga el sol deberán separarse.
No intercambian teléfonos ni direcciones para no someterse a la tristeza que les produciría la comunicación a distancia del teléfono o de las cartas, pero quedan de volver a juntarse en seis meses más, en el mismo lugar y a la misma hora. Como espectadores nos enfrentamos como ellos al futuro. ¿Existe una diferencia entre lo que queremos y lo que creemos que sucederá?.
En la segunda parte, Jesse y Celine vuelven a verse nueve años después. Ya no tienen 20 años sino más de 30. No sabemos que ha ocurrido en sus vidas en este periodo, sin embargo, asistimos nuevamente a un hermoso vínculo entre dos personas que se vuelven a encontrar. Jesse está de gira a punto de regresar a Nueva York, Celine asiste a verlo a la presentación de su libro. ¿Qué ha pasado en este tiempo?. ¿Qué significó para ellos esa noche en Viena?. Una hora y veinte de conversación en tiempo real recorriendo las calles de París -antes de la partida de Jesse- nos recuerda que estamos enfrentados como seres humanos al eterno movimiento y a aquello que llamamos tiempo. En este periodo de la vida en que se ubican Jesse y Celine, aparece la reflexión sobre el deseo. “Que el deseo es el motor de la vida; que no desear es síntoma de depresión” reflexionan en un momento los personajes de esta historia.
Tenemos encuentros y también separaciones.
¿Cómo las enfrentamos?.
Escrito para el boletín N°1 de Biosíntesis: boletin biosintesis 1. Cine Antes del Amanecer